viernes, 31 de enero de 2014

Reseña: Estupor y temblores (Amélie Nothomb)

Hace años que tengo ganas de leer a esta autora, pero siempre que he estado apunto, un libro se ha interpuesto de forma inesperada, haciéndome después olvidarme de la amiga Amélie Nothomb.


Las portadas de sus libros y las imágenes de ella con ese absurdo y enorme sombrero negro, han seguido periódicamente despertando mi curiosidad, y por fin he puesto remedio.

Acabo de leer Estupor y temblores, su primera novela autobiográfica y que fue Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en 1999.
Me ha encantado. En el libro cuenta la curiosa experiencia que tuvo en su primer trabajo en Tokio. En su infancia vivió en Japón, además de en China, Laos, Birmania… debido al trabajo de su padre que era diplomático Belga. Amélie estudia la filología románica en Bruselas, y al terminar la licenciatura, su mayor deseo es volver a Japón, del que guarda grandes recuerdos de su infancia.

En el libro cuenta con un estilo muy particular y de forma cómica, las experiencias en ese primer trabajo en una empresa japonesa. El título se debe al antiguo protocolo imperial nipón, que establece que uno deberá dirigirse al Emperador con «estupor y temblores».

Me he reído, y además he disfrutado mucho con la calidad literaria que tiene.
Hay partes de la historia, que son tan graciosas, que he ido en el metro riendo a carcajadas. Si alguien piensa que tiene un mal trabajo, tiene que leer este libro. El absurdo de las situaciones que se producen, y la forma de contarlo, no tiene desperdicio.
La verdad es que para haberse criado en Japón, la chica no se enteraba de por dónde iban los tiros. Y no me extraña, Dios mío, qué gente más rara. Qué concepto más extraño del honor, la sumisión y la humildad. Yo no habría aguantado ni un nano segundo en un trabajo así, pero me alegro de que ella aguantara para poder contárnoslo en su libro. Cuenta que aprendió mucho de la experiencia, y seguro que fue así.
Copio un fragmento de los que me hicieron llorar de risa, igual hay que leerlo en contexto y así no os hace gracia. Breve resumen: a esta situación que voy a copiar, llega porque al no tener prácticamente trabajo asignado, toma la iniciativa y consigue que un jefe no directo suyo la encargue un informe muy elaborado. Su jefa directa la denuncia y como castigo por su “osadía”, la encarga todo tipo de tareas administrativas del demonio…: “Mi vida era un infierno: trombas de números con comas y decimales se abalanzaban incesantemente sobre mí. Se mutaban en mi cerebro formando un magma opaco y no podía diferenciarlos unos de otros. Un oculista certificó que mi vista no tenía nada que ver en el asunto. Las cifras, cuya tranquila y pitagoriana belleza yo siempre había admirado, se convirtieron en mis enemigas. La calculadora también me quería mal. A mis numerosas limitaciones psicomotrices había que añadir otra: cuando debía presionar las teclas durante más de cinco minutos, mi mano se encontraba de pronto tan enviscada como si acabara de hundida en una espesa y pegajosa masa de puré de patatas. Cuatro de mis dedos permanecían irremediablemente inmovilizados; sólo el índice conseguía emerger hasta alcanzar las teclas, con una lentitud y una torpeza incomprensibles para quien no supiera de la existencia de las patatas invisibles.”…” Empezaba observando cada nuevo número con la misma sorpresa que debió de sentir Robinson al encontrar a un indígena en aquel desconocido territorio; a continuación,
mi mano entumecida intentaba reproducido sobre el teclado”. (…) “—¿Está usted segura de que no lo
hace adrede?
—Absolutamente segura.
—¿Hay mucha gente... como usted en su país?
Era la primera belga que conocía. Un sobresalto de orgullo nacional me llevó a decir la verdad:
—Ningún belga se parece a mí.”


No todo el libro hace reír, hay partes de llorar de incomprensión. Es difícil entender con nuestra mentalidad, la jerarquización, protocolización y rigidez de la empresa nipona, descritas en el libro.

Un libro muy recomendable. Voy a sumergirme en otro de la misma autora, ya os contaré.

martes, 28 de enero de 2014

Mi primera vez… desvirtualizando

La semana pasada tuve mi primera desvirtualización. Solo he tardado unos tres añitos en saltar al abismo, desde la pantalla hasta Lopez de Hoyos, concretamente. Ahí, yo siempre en la cresta de la ola y muy a tiempo.

Inicialmente – tres años atrás cuando empecé a leer blogs - no tenía ninguna intención de mezclar los que creía estancos departamentos de mi vida social: online y terrenal. Pero las fisuras se fueron produciendo poco a poco, y a pesar de que proactivamente no me he apuntado nunca a ninguna convocatoria, cuando hace unos días, me wasapeó la porfin para decirme que venía a Madrid a un curso y si quedábamos, no lo pensé mucho. Directamente dije que sí, me apetecía. A la quedada vino también Inma del Blog de Inma (hay que matizar porque hay que ver la cantidad de Inmas blogueras que hay!!). Quedamos para cenar en un indio.

Conclusiones:
- La afinidad y simpatía que se genera leyéndoos no es nada virtual sino muy real y se mantiene en el cara a cara.
- Inma es más risueña, simpática y polvorilla de lo que se la lee (que ya es decir). Además, una de esas tonterías que ocurre mucho, leyéndola, no preguntéis por qué, imaginaba una chica altísima. No tiene sentido, pero esas cosas pasan cuando tienes que imaginarte a quien lees. Confirmo que la chavala no es pívot del Estudiantes. Tiene una estatura perfectamente normal. La porfin es como la imaginaba, o quizá es que no imaginaba, no lo se, a toro pasado ya no se puede saber. En definitiva son las dos re-majísimas.
- El problema de orientación y uso de mapas en mujeres, se puso de manifiesto cuando casi nos perdemos intentando llegar al restaurante. De primeras salimos en dirección contraria a la indicada, no digo más.
- Estuve muy agusto y cómoda. El miedo que de pronto me asaltó ya llegando a la quedada, de que tal vez no tuviéramos nada que decirnos, no se produjo en ningún momento. Allí estuvimos cascando y comiendo comida de nombre impronunciable, tan ricamente.

Desvirtualizar mola.

lunes, 27 de enero de 2014

Reseña de cine: Agosto

Ayer fui al cine a ver Agosto.

Sinopsis: "Los Weston viven en una gran mansión en las afueras de Pawhuska, en Oklahoma. La desaparición del padre en extrañas circunstancias hace que la familia se reúna y que todas sus miserias salgan a la luz".
 
Agosto, es una película en la que hay calor, dureza, adiciones, familia, crueldad, ventanas cerradas, oscuridad, rencor, necedad, arrugas y más calor.

Por encima de todo, lo mejor de la película es el trabajo de los actores. Espectacular interpretación la de todos ellos.

La película está basada en la obra de teatro de Tracy Letts, por la que ganó el Pulitzer en 2008. La atmósfera que transmite la cinta es de teatro, no se hace uso de otros recursos típicos del cine. Básicamente estás con el guión, con algunos diálogos brillantes, y los actores. 
Pedazo de actores todos, a destacar:
- Meryl Streep: camaleónica y versátil como nadie. Siempre convence de sus personajes, te olvidas de ella y ves lo que ella quiera que veas: una ama de casa, una nórdica, una cocinera, una mujer adicta a las pastillas… lo que sea. Siempre es creíble, y en esta ocasión no iba a ser menos. Espectacular.
- Julia Roberts: interpreta a una mujer fría, dolida, malpeinada… que resulta hasta fea. Creo que es la mejor interpretación que he visto de ella.
- Chris Cooper: suele ser el secundario que siempre borda sus papeles, hace poco le re-veía en American Beauty, donde hace del vecino trastornado. Un gran actor.

Destaco estos tres actores, pero en realidad están todos bien: Abigail Breslin  - la niña que nos conquistó con pequeña Miss Sunshine-, la alocada Julliette Lewis, a la que hacía mucho que no veía en cine, Benedict Cumberbatch, Ewan Mc Gregor, Sam Shepard… A todos merece la pena verles.

No es una película para disfrutar y pasar un buen rato. Es una buena película, dura y opresiva, pero que merece la pena.




lunes, 20 de enero de 2014

Premio - cuestionario

Me ha pasado este premio Elena, de Educando a cuatro. Se lo agradezco mucho, el suyo es uno de los primeros blogs que empecé a leer.


Viene acompañado del siguiente cuestionario:

1. ¿Por qué ese nombre para el blog?
No pensaba tener una temática concreta, así que no le di muchas vueltas, simplemente se me ocurrió lo más directo sobre lo que pensaba hacer, que era bloguear de mi vida. Me gustaría haber tenido una idea más original.

2. ¿Cuánto tiempo inviertes en el blog diariamente?
No lo se, y prefiero no calcularlo para no asustarme. Está compuesto de pequeños momentos con el móvil, cuando voy en el metro, mientras espero a que salgan los niños del cole… y en casa ratos más largos ya con el ordenador. En vacaciones suelo desconectar del blog.

3. ¿Miras el blog antes de acostarte y al despertarte?
No, bastante rato antes de acostarme ya desconecto, y me levanto en demasiado mal estado como para leer. Hasta que no me he duchado, tomado un café, y estoy en el metro camino del trabajo no echo el primer vistazo, y ni siquiera es todos los días, porque a veces prefiero ir con el ebook.

4. ¿Que opinas de las redes sociales?
Facebook me cae mal. Así, sin más y sin claros motivos, también lo digo. No tengo perfil ni quiero tenerlo. Nunca sabes lo que acabarás haciendo, así que solo hablo de lo que pienso hoy por hoy. Twitter me divierte. También tengo cuenta en pinterest, pero lo uso poco. En general me parece que tienen más sentido las redes sociales temáticas, que agrupan a personas con un interés común.

5. Si pudieras tomarte un café con la persona que eligieras, ¿quién sería?.
Con mi amiga Pilar, que vive en Londres y hace mucho que no la veo.

6. ¿Qué opinas sobre que los bebés se críen con mascotas?.
No tengo opinión sobre lo que hacen los demás, cada uno que haga lo que quiera. Los míos se crían con pajarito Lolo, y las recientes incorporaciones del pez Disparates y unos repugnantes triops. El que más impacto tuvo fue el pez Nemo que vivió con nosotros seis años en su pecerita de globo. Mis hijos quieren perro, gato y un camaleón, pero me resisto. No tenemos tiempo, ni espacio, ni en mi caso, ganas, para más.

7. Un deseo.
Que me toque la lotería. Si la lotería no puede ser, sería de gran ayuda que no me costara tanto madrugar.

8. Si tuvieras el poder de cambiar lo que quisieras, ¿que cambiarías?.
A nivel macro mil cosas: fuera conflictos bélicos, fuera corruptos, fuera inútiles que complican la vida a los ciudadanos, fuera paro….  A nivel micro, muy poquitas, me gusta mi vida en general.

9. ¿Qué esperas de tu blog?
Nada en especial, pasarlo bien escribiendo y comunicándome.

10. El momento de tu vida.....
El nacimiento de mi hija mayor fue lo más impactante que me ha pasado, me sentía pletórica. El del niño también, claro, pero la primera vez es la primera vez. Me refiero a la sensación de la proeza que acababa de ocurrir. Otro tipo de sentimientos fueron iguales en los dos nacimientos. Pero el de proeza mágica insuperable la primera vez.

11. Nunca más....
… me voy a agobiar por tonterías. Je, no me lo creo ni yo. Pero me lo digo mucho a ver si cala.

Paso el premio a todo el que pase por aquí y quiera recogerlo.

jueves, 16 de enero de 2014

Cogiendo ritmo

En dieciséis días que llevamos ya de año, solo he publicado una entrada morriñosa. Así que a pesar de no tener nada especial que contar, voy a escribir un rato, a ver si consigo hacerme de nuevo con la rutina bloguera que tanto me gusta.

En los últimos días, diferentes circunstancias se han ido dando con un objetivo claro: ponerme en mi sitio, que claramente no es el del dolce far niente de los días canarios.
Véase una muestra: la niña con anginas y fiebre, llorando por no poder ir al colegio; el niño llorando por poder ir al colegio y lamentándose como alma en pena: “que mala suerte la míaaa, que ni siquiera me contagioooo”; yo con lumbago, dolencia que me suena bastante yaya y que no se entiende de donde viene porque doy fe que deporte no he hecho, ni movimiento brusco ni nada de nada, sin embargo camino como las muñecas de famosa dirigiéndose al portal. Para mí que lo que me sienta mal es la oficina, donde por cierto, tengo toneladas de trabajo, y cuando ya estaba yo ufana a punto de escribir una entrada optimista haciendo balance del nuevo puesto, me acaban de comunicar, que además de lo que estoy haciendo, me van a poner nuevas tareas que desconozco. Así que dejemos el balance optimista por ahora.

No viene al caso, pero me estoy acordando de un momento gracioso cuando estábamos en las vacaciones (la cabra tira al monte y por más que lo intente, mi mente busca refugio en esos placenteros días). Estábamos cenando y de pronto me pregunta el niño:
- ¿Como se dice en francés: “pues yo no”?
- No se, luego preguntamos a la abuela, ¿para qué quieres saberlo?
- Por una niña que no entiendo lo que dice y voy a probar a ver si es francesa, yo voy a preguntar: “yuvurléfransé” y si me dice “gui”, poder contestarle “pues yo no” en su idioma.

Por lo que se ve el chaval no tenía pensada una larga conversión con la posible francesa, sino simplemente hacerle saber que no hablaba su idioma. Sobre el maravilloso “yuvurléfransé” no quise preguntar de dónde lo había sacado.

En cuanto a mis últimas lecturas, contaros que todos los últimos libros vienen de recomendaciones vuestras. Además de los que comenté en al última entrada de la temática “libros”, he leído “Se lo que piensas” de John Vernon, novela negra muy entretenida; el segundo libro del autor “No abras los ojos” ya me ha gustado algo menos, aunque también es ameno. Y ahora estoy leyendo “La estrella más brillante” de Marian Keyes. No había leído nada suyo, porque me he dado cuenta de que a pesar de que me creía de mente lectora abierta, tenía prejuicios hacia el género chick-lit, el rollo Briget Jones me aburre y había generalizado. Sin embargo, este libro está fenomenal, muy divertido, seguramente seguiré leyendo más de la autora.

En cuanto a propósitos para el año 2014 no tengo ni uno. ¿Cómo os habéis quedado?...muertos-mataos. Otros años me he propuesto adelgazar y hacer más deporte y repetidamente he incumplido mi propósito con la consiguiente frustración. Así que este año llegué incluso a plantearme proponerme no adelgazar ni hacer deporte, por eso de conseguirlo, pero me ha parecido demasiado hasta para mí, así que simplemente voy a dejar el capítulo propósitos a cero y solo tengo un deseo para el 2014: virgencita que me quede como estoy.

miércoles, 8 de enero de 2014

Siempre nos quedará canarias

Ya hace unos días que volvimos de canarias y sigo con jet lag. Sí, habéis oído bien, el concepto jet lag canario no trata solo de la hora de diferencia, es tooodooo lo demás.

Soy muy fan de canarias. El clima maravilloso, la gente tan amable, las playas... mmmmm.

Cuando volvíamos del aeropuerto a casa el niño empezó su retahíla morriñosa: “voy a echar mucho de menos estar en bañador, ir a la playa, bañarme, despertarme avisar a papá y bajar al buffet a desayunar un montón de churros… mamá mira, se me caen dos lágrimas” … “sí hijo sí, y déjalo ya o va a acabar llorando hasta el taxista”.
Hace ya muchos años que pasamos fin de año en canarias, empezamos yendo los cuatro solos y los últimos años vamos con la familia de mi marido. Siempre digo que me llevo muy bien con la familia política, en canarias es más fácil todavía conseguirlo, aunque para qué negarlo, la convivencia con los suegros, los cuñados y cinco niños, tiene sus momentos. Poca cosa, a 25 grados todo es poca cosa. Si los niños gritan buceas.
Hemos estado en el sur de Tenerife, costa Adeje. Muy bonito y recomendable.

Los mejores momentos de la semana:
- Ver a los primos cómo se quieren (no tan molón cuando están a leches minutos después de haberse hecho hermanos de sangre). A pesar de vivir a 700 km se tienen un amor increíble.
- Pasar el día 30 de diciembre en el parque acuático Siam Park. Divertidísimo. Lleno de rusos, por cierto.
- Tomar las uvas de fin de año en la terraza.
- Ver al abuelo bailando con la nieta y diciendo que se lo estaba pasando como cuando tenía 20 años.
- Acostarnos tarde y levantarnos tarde. Bueno, esto último solo la niña y yo, que somos las marmotas de la casa, para cuando nos levantábamos los chicos ya se habían comido tropecientos churros.
- Comprarme un bikini precioso al 50% de descuento. El toque materialista/consumista está ahí, no va a ser todo paz y amor.
- Ver a todos los chicos de la familia – incluido abuelo de 71 años – salir de voluntarios en un show de lucha canaria. Les tiraron a todos, pero unos dieron más trabajo que otro. Grandes risas.

Ahora toca volver a la rutina invernal-laboral-escolar, ay....